MODERNIZACIÓN ECONÓMICA Y CIENTÍFICA Y CREACIÓN DE UN NUEVO SISTEMA EDUCATIVO. JAPÓN EN LA ÉPOCA MEIJI. 1868-1912
La evolución de la educación desde la época feudal hasta los tiempos modernos.
Ronald S. Anderson
Hasta hace un siglo Japón era un país subdesarrollado, la unidad de propósito y de pueblo fueron construir una moderna potencia mundial. La población era étnicamente homogénea, tenía un lenguaje, una literatura, un sistema de valores y una tradición histórica comunes.
El sistema feudal en el que se regían, el aislamiento del mismo país, permitió el surgimiento de un conjunto de instituciones embrionarias de gobierno, comercio y educación que fueron importantes requisitos para la modernización.
En el Japón antiguo, existían vías de educación separadas para los samuráis y los plebeyos. Surgieron 4 diferentes tipos de escuelas, todas para enseñar un plan de estudios confucianos:
1. Las escuelas oficiales, estas para puestos de liderazgo, esta incluían 277 escuelas para los clanes en la mayoría de los dominios feudales.
En los siglos XVIII, cada feudo tenía su erudito confuciano, actuaba como administrador, consejero del señor feudal y maestro de los jóvenes samuráis de la escuela del clan.
El curriculum de estas escuelas incluía textos clásicos de confucianismo para la moral, artes marciales, historia japonesa y china, caligrafía, composición y etiqueta. Hacia el fin del régimen feudal se incorporaron estudios occidentales como medicina, lenguas extranjeras y ciencia militar. Estas escuelas tenían como propósito principal desarrollar el carácter en los niños de la elite, destinados a ser los líderes del futuro de Japón. Los samuráis se dieron cuenta de que la forma en que eran preparados sus dirigentes al competir con el poderío económico y militar del extranjero, la oportunidad para que el país sobreviviera se encontraba en dominar la ciencia militar y las técnicas industriales del Occidente.
2. Cerca de 400 “escuelas locales” dispersas en las ciudades grandes, que con frecuencia eran ramas de las escuelas de los clanes.
Estas siguieron el modelo de las escuelas de los clanes principales de las ciudades fortificadas de los feudos, estas fueron establecidas por señores feudales ilustrados como ramas de la escuela del clan, para atender a los hijos de los oficiales samuráis ubicados en áreas circundantes. Para algunos estas escuelas existían para proporcionar educación a sus hijos, mantenían la educación moral y servían como medio de control del pensamiento, haciendo a los habitantes de la villa obedientes, incluso cuando las condiciones económicas eran difíciles. Las escuelas locales que dependían del clan recibían una asignación de arroz como apoyo y estaban sujetas a una minuciosa supervisión oficial, incluso las escuelas que eran financieramente independientes estaban bajo el control administrativo del clan y se les requería atenerse a la filosofía confuciana ortodoxa de la escuela central del clan. Estas escuelas no estaban exentos de pagar impuestos y los privilegios especiales otorgados por el daimio a los maestros.
Hacia el final del periodo Tokugawa, la educación de los plebeyos de alto rango se volvió una preocupación importante del gobierno nacional, se permitió a los hijos de los líderes de las villas de los granjeros ricos fueran admitidos a estudiar en la escuela local junto con los hijos de los samuráis. Estas escuelas semioficiales, abiertas tanto a plebeyos como a los samuráis sirvieron como instrumento selectivo basado en el merito y ofrecieron una oportunidad para la movilidad social.
3. Las academias privadas, que en la época de la revolución eran 1500, organizadas por un erudito distinguido para instruir a algunos discípulos muy capaces, ya fueran samuráis o plebeyos.
Estas escuelas iban desde escuelas elementales, que ofrecían una preparación para saber leer y escribir, hasta instituciones superiores que ofrecían estudios avanzados para los graduados de las escuelas de los clanes. Estas escuelas aceptaban hijos talentosos de sacerdotes, granjeros y comerciantes. En las academias, el principio moderno de recompensa por los logros fue desarrollado y aplicado para compensar la influencia tradicional de la posición de clase en el sistema feudal de Japón.
4. Cerca de 11000 escuelas de escritura, que eran pequeñas escuelas elementales para el entrenamiento práctico de los niños plebeyos, en su mayoría hijos de granjeros y comerciantes ricos.
Durante los tiempos feudales se descuido la educación del hombre común, ya que los gobernantes sostenían que los pueblos solo debía aprender a obedecer. La preocupación de los aldeanos por la educación se limito a asignarles ocasionalmente un maestro confuciano que daba “conferencias-sermones” sobre las virtudes de obediencia, diligencia, amor filial, humildad y lealtad, estos valores eran aceptados por los plebeyos y servían para mantenerlos tranquilos en ocasiones. Estas escuelas no solo ofrecían la lectura y la escritura de obras morales confucianas y de homilías budistas, sino también materias como aritmética con el ábaco y correspondencia de negocios. Esta preparación capacitaba al ciudadano ordinario para sobrevivir en una sociedad feudal minuciosamente estructurada y para continuar en la ocupación de su padre. El número de estas escuelas creció rápidamente a partir de 1800.
Las principales escuelas feudales de Japón fueron notablemente productivas, pese a que, como en la mayor parte de los países occidentales de mediados del siglo XIX, no se contaba con un sistema escolar nacional. Todo parece indicar que alcanzaron su propósito central: inculcar los valores morales para el desarrollo del carácter.
En el siglo XIX, los estudios occidentales fueron incluidos en el programa escolar, esto siempre y cuando se apegara a la ciencia y no propagaran las temidas ideologías extranjeras. A partir de 1850 Japón producía su propio cuerpo de especialistas, con ideas sorprendentemente modernas. La nación tenía “un sistema de educación desarrollado, clasista, formalista, retrogrado y anticuado pero intelectualmente especializado, disciplinado o a veces estimulantes, y políticamente pertinente”.
La inversión en la educación durante el periodo feudal produjo un interés mas intenso en las cuestiones educativas durante la ulterior época Meiji. Se reconoció que era esencial un sistema de educación universal para establecer un Estado moderno. La nación se desarrollo rápidamente tomando de manera selectiva ideas del Occidente. Según un erudito hubo tres estadios de difusión cultural:
1. Adopción en masa de las ideas e instituciones extranjeras, en ciertos casos hasta la exageración.
2. Adaptación de esas ideas e instituciones a la cultura japonesa, algunas veces al punto de una completa distorsión o improcedencia.
3. Sustitución de las ideas e instituciones extranjeras por una versión totalmente “japonizada”.
Esta revolución controlada permitió alcanzar la modernización en una breve generación, hacia fines del siglo XIX.
Los líderes pedían la educación universal como medio para acelerar el progreso. En abril de 1868 el emperador Mutsuhito promulgo una carta- Juramento de Cinco Artículos que declaraba los principios sobre los cuales se basaría el nuevo gobierno imperial, vinculaba el abandono de “las bajas costumbres de tiempos pasados” con un decidió compromiso positivo en la educación al declarar que “se debía buscar el conocimiento en todo el mundo para así fortalecer las bases de la política imperial”, de acuerdo con esto la oligarquía inicio un programa de intercambio educativo, se enviaron estudiantes a occidente para conocer su enseñanza y tecnología, y también se invitaron expertos occidentales como instructores. Muchos jóvenes se animaron a estudiar fuera gracias a que conocían los puestos que ocuparían a su regreso.
Los japoneses tenían pocas instituciones modernas y estaban determinados a tomar solo lo mejor que hubiera desarrollado cada país extranjero, importando expertos de muchos países, mejoraron todas las actividades que en Japón se desarrollaban con la ayuda de estrategias extranjeras.
Por muy diversas razones, los Estados unidos habían ejercido una influencia dominante sobre la modernización del sistema educativo japonés. Al paso de los años, estos han tomado de los Estados Unidos más ideas sobre la educación que de ningún otro país. El sistema educativo escolar de EU se volvió un modelo para los educadores japoneses. Enseñar era una ciencia, de allí que se necesitara técnicas efectivas de instrucción a partir de una nueva concepción. La educación hasta ese tiempo se había basado en los estudios de la moral confuciana sirviendo como camino para la dignificación personal. Ante estas circunstancias el liberalismo y el utilitarismo salieron victoriosos, al menos temporalmente.
El momento exigía al mismo tiempo liderazgo y cultura. Esto se dividió en fases:
1. Enfoca la educación superior como rápida fuente de líderes. En 1896 se establece una nueva universidad con planes de estudio occidentales que reemplazo al viejo colegio confuciano, después de muchas transformaciones se convirtió en la institución de mayor prestigio. Se necesitaba un sistema escolar universal que pudiera:
· Edificar la unidad nacional, mediante la lealtad al emperador.
· Preparar cuadros técnicos para llevar a cabo la modernización. El gobierno nacional creo el Departamento de Educación de Tokio, en julio de 1871, con responsabilidad en todos los asuntos educativos y culturales... así se creó la autoridad nacional antes de que existiera un verdadero sistema escolar.
Las escuelas serian parcialmente subsidiadas por el Tesoro Nacional y supervisadas por este departamento. Se le envió memorándum a los gobernadores de cada prefectura para así estos se encargaran de de establecer escuelas elementales en su región. Entre los intelectuales conservadores, muchos sostenían que la educación de Pestalozzi era deficiente en contenido, no enseñaba el conocimiento esencial y descuidaba la instrucción moral, que ellos consideraban medular.